AUTOFICCIONAR LA NIÑEZ

El pasaje por la infancia es un gran estímulo para la imaginación creativa. 

Trabajar con material sensible suele ser una ardua tarea, ya que existe una serie de sensaciones, emociones y recuerdos que pueden nublar la producción personal. Con el fin de poder contar sin el temor a ser juzgados o evitar filtrarse por la autocensura, es que surge el recurso de la autoficción. 

Serge Doubrovsky, renombrado crítico y ensayista francés, crea este neologismo para referirse a “la ficción de acontecimientos y hechos estrictamente reales”. 

Con este fenómeno literario, el lector visualiza la mezcla de acontecimientos vividos por el autor y la mezcla con elementos ficcionales. Quienes leemos autoficciones asistimos a un “corrimiento” de los hechos presentados con el fin de alterar el verdadero acontecimiento personal. 

Esta engañifa literaria quita a los estudiantes del peso inconsciente que genera utilizarse como medio para la creación literaria, lo cual brinda mayor entrega al juego narrativo. 

A través de la evocación de la memoria y el estímulo otorgado por materiales fotográficos personales, objetos vinculados a la niñez y canciones de ese período de la vida de los estudiantes, es que surge esta actividad.

Se propone la elaboración de un relato autoficcional partiendo de elementos que los estudiantes aproximan al taller. 

A continuación compartimos con ustedes algunos de los resultados obtenidos por los estudiantes.